La designación de Silvina Batakis como nueva ministra de Economía viene a completar las tareas pendientes de Martín Guzmán, entre las que se encuentra la renegociación de la deuda con el Club de París, la definición de las nuevas tarifas de luz y gas, y promover una baja de la inflación.
Batakis deberá reprogramar su agenda para viajar a la capital francesa en momentos en que los vencimientos de la deuda con los Estados europeos se aproximan y se requiere de una nueva negociación para reprogramar los pagos.
El encuentro con la organización de acreedores estaba previsto para el próximo miércoles 6 de julio, con el objetivo de obtener una modificación de las metas para el segundo trimestre y renegociar nuevas condiciones de tasas de interés y plazos.
La ministra viene de desempeñarse en el manejo de las relaciones fiscales y financieras con las provincias, lo que le augura un gran base de apoyo de los gobernadores, en particular del oficialismo.
La urgencia de las cuestiones económicas apura la necesidad de enviar señales a los actores domésticos y del exterior que la ayuden a transitar los primeros momentos.
Batakis conoce la función pública y los pasillos del Palacio de Hacienda ya que se desempeñó durante el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner en el área de la Secretaría de Hacienda, lo que le permitió interiorizarse en el armado y el manejo del presupuesto.
Una experiencia clave para la futura titular del Palacio de Hacienda resultó su gestión en la cartera de Economía de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, durante el segundo período de Daniel Scioli como gobernador.
Su reciente desempeño en el Ministerio del Interior transitó sobre dos ejes claves. Por un lado, debió instrumentar el denominado «Consenso Fiscal» con las provincias para ordenar y armonizar todo el sistema tributario.
Sobre este tópico, Batakis consideró que el acuerdo con las provincias apuntó a devolverles «autonomía política».
Por otro lado, le tocó negociar con la Ciudad de Buenos Aires el redireccionamiento de los fondos coparticipables adicionales por el traspaso de la seguridad al distrito, aunque esta tarea se encuentra pendiente de definición en la Corte Suprema.
Pero la urgencia por controlar el proceso inflacionario se convertirá en el tema más sensible para la flamante ministra, quien deberá manejar con cuidado la actualización tarifaria a partir del recorte de los subsidios al consumo de luz y gas.
Al mismo tiempo, no podrá descuidar algunas cuestiones macroeconómicas, como la renegociación de la deuda en pesos que va venciendo y sobre la cual es preciso reprogramar los plazos, para lo cual deberá coordinar con el Banco Central el manejo de la tasa de interés y la asistencia financiera al Tesoro.
A Batakis también le espera la revisión de las metas cuantitativas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dentro del actual programa de Facilidades Ampliadas, que le permita al país acceder a otro tramo de financiación con fondos frescos y para reforzar el sistema de reservas.
Las negociaciones con el FMI comenzarán antes de fin de mes, aunque el organismo le dio al Gobierno argentino un margen de maniobra más amplio para que el cumplimiento de las metas fiscales pueda administrarse a lo largo del año siempre que a fin de 2022 el déficit sea del 2,5% del PBI.
El mercado financiero espera ahora señales de la nueva ministra tanto en materia financiera y cambiaria como también en medidas de contención de la inflación.
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