Los empleados de SanCor siguen con la medida de fuerza de 8 horas de paro en sus lugares de trabajo.
Durante la semana en curso, SanCor CUL ha comenzado a recibir una verdadera lluvia de telegramas de parte de sus trabajadoras y trabajadores intimando el pago de haberes adeudados. De la misma forma procedieron la Obra Social del Personal, la Mutual de las y los trabajadores y Atilra.
Las cifras adeudadas son escalofriantes y superan largamente los diez mil millones de pesos.
Se aguarda que la semana entrante las autoridades de SanCor cancelen lo adeudado de plazos largamente vencidos, de lo contrario, los damnificados acudirían a la justicia laboral, civil y penal.
En sus comunicados y notas los directivos de la empresa han venido agitando constantemente el fantasma de la quiebra, pretendiendo trasladar a terceros el fracaso de su paupérrima gestión.
¿Cómo se produce una quiebra técnica? Cuando una empresa no puede hacer frente a sus obligaciones de pago utilizando sus activos, por lo que y por esta cuestión, la misma es declarada en estado de insolvencia.
SanCor se encuentra en una situación de quiebra técnica porque presenta una situación patrimonial negativa. Es decir que el valor del pasivo es superior al valor de los activos, de modo que le resulta imposible saldar las deudas contraídas por los directivos que gestionan la cooperativa. Hace rato que la otrora ¨Gran Empresa Láctea Argentina¨ presenta un escenario que no cuenta con fondos ni respaldo para cumplir con los pagos de su monstruosa e inexplicable deuda.
SanCor, manejo mediante de sus directivos, cumple con todos los requisitos para ser declarada en quiebra:
●No pueden realizar el pago de los salarios de la actividad, ni el pago de las indemnizaciones, etc. ●No pueden pagar las cuotas de la seguridad social. ●No pueden afrontar el pago de las obligaciones tributarias.
Todo esto doblemente agravado ya que a los trabajadores efectivamente se les deducen dichos montos dinerarios, pero esas sumas son retenidas indebidamente por los directivos de la empresa sin que esos aportes vayan adonde debieran ir, en perjuicio de los propios trabajadores, el Estado Argentino y aquellas entidades declaradas legalmente receptoras de dicha contribución.
El reclamo laboral y las denuncias penales abrirán la caja de Pandora y se podrá conocer a ciencia cierta el manejo de los fondos, tema que permanece guardado bajo siete llaves y eventualmente la responsabilidad de quienes han venido gestionando la cooperativa.
Conscientes de la tormenta que se avecina, los directivos también agitan el fantasma de los despidos, apelando a la debilidad de aquellos trabajadores flojos de espíritu y también de sesera.
Les dicen ¨culpa del sindicato SanCor quebrará y ustedes perderán el trabajo¨. Pretenden hacerles creer a los trabajadores que el problema son los laburantes y no que son ellos quienes con sus desaguisados han tomado todas y cada una de las decisiones.
No se debe descartar que haya trabajadores a los que se recurra ofreciéndoles como dice el bolero de Armando Manzanero ¨Por debajo de la mesa¨, favores personales para que influyan sobre sus compañeros de trabajo con la finalidad de romper el estado monolítico de solidaridad que debe reinar en estos casos. Posteriormente y como ha ocurrido siempre, a estos trabajadores la empresa suele pegarle una patada en el tujes y si te he visto no me acuerdo.
Hoy la tendencia inmediata es que con esta gestión en un breve plazo se extinguirán la totalidad de las fuentes de trabajo. Atilra y sus trabajadoras y trabajadores deben pelear estoicamente para que esto no ocurra.
A su favor tienen a una organización gremial que ha demostrado a lo largo del tiempo sensatez, temple y fortaleza para dar la pelea, pero paradójicamente tienen en contra a quienes destruyeron sus sueños y pulverizaron por ahora su futuro: los directivos de la cooperativa.
fuente: agencia Paco Urondo
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