El joven deportista Galvense tras alcanzar el título de campeón mundial en taekwondo en la categoría de menos de 75 kilogramos, en el campeonato del mundo en Mar del Plata nos cuenta sobre su experiencia y sus próximos objetivos. Este logro marca un regreso triunfal después de un año difícil y un cambio de categoría que supuso un gran desafío personal.
Un nuevo peso, un nuevo título
En su debut internacional en la categoría menos de 75 kilogramos, enfrentó a 19 competidores, la mayoría argentinos debido a la naturaleza abierta de la competencia. En la final, se midió contra un rival chileno que lo había vencido en Finlandia el año pasado. Esta vez, logró la revancha y se coronó campeón. «Quería volver a mi máximo nivel y lo logré», afirmó.
Preparación y sacrificios
El camino al éxito no fue fácil. «No tuve vacaciones, no descansé ni un momento», explicó, destacando la dedicación que le permitió alcanzar este logro. Ahora, su meta es mantener un nivel más alto y clasificar para el próximo mundial en Croacia, en agosto u octubre del año próximo.
El desafío del selectivo adulto
El próximo reto es el selectivo nacional, donde solo dos atletas de cada categoría clasifican para el mundial. A pesar de competir contra rivales con más experiencia y edad, su desempeño en torneos recientes —dos segundos puestos en selectivos previos— lo posiciona como un fuerte candidato.
Agradecimientos y apoyo
El campeón destacó el papel de su familia, entrenadores y patrocinadores en su éxito. «Sin ellos, este logro no sería posible», aseguró.
Con una medalla que respalda su dedicación y un espíritu incansable, este joven competidor sigue escribiendo su historia en el deporte argentino.
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