Una experiencia desafiante en el combate del fuego
El bombero galvense Tomas Raimondi, de 24 años, formó parte del operativo de emergencia para combatir los devastadores incendios en el Parque Nacional Lanín, en la provincia de Neuquén. Junto a una delegación de Santa Fe, trabajó en condiciones extremas para contener el avance de las llamas y evitar que el fuego siguiera propagándose.
“La verdad que fue una experiencia única. Nos enfrentamos a un terreno muy difícil, distinto al que estamos acostumbrados en Santa Fe. Era un bosque con robles y araucarias, con una tierra muy blanda y complicada para caminar. Además, trabajamos a 1.700 metros sobre el nivel del mar, lo que significaba menos oxígeno y un gran desgaste físico”, relató Raimondi.
Días de trabajo en condiciones extremas
La delegación santafesina se dividió en dos grupos. A Raimondi le tocó trabajar en Valle Magdalena, dentro del Parque Nacional Lanín, en el sector 6 del incendio. Allí se dedicaron a extinguir puntos calientes, zonas donde el fuego ya había pasado pero quedaban brasas activas que podían reavivar las llamas. “Nuestra tarea era crear una faja de seguridad entre lo quemado y lo no quemado, para evitar que el fuego se extendiera si se reactivaba”, explicó.
El operativo duró nueve días, incluyendo dos días de viaje, cinco de trabajo intenso y dos de descanso. “Nos levantábamos a las 6 de la mañana, desayunábamos y viajábamos en camioneta durante 40 minutos hasta el comando central. Desde allí, nos trasladaban en helicóptero hasta la zona de trabajo y regresábamos entre las 17 y 17:30, salvo cuando el clima nos obligaba a volver antes”, detalló el bombero.
Raimondi destacó el trabajo en equipo que se llevó a cabo en la zona del incendio: “Estuvimos trabajando, aparte de nuestra delegación, que éramos siete, con los chicos de la Federación de La Pampa todos los días. Fue un esfuerzo conjunto para tratar de contener las llamas y evitar mayores daños”.
Un panorama desolador
A pesar del gran esfuerzo de los brigadistas, el fuego arrasó miles de hectáreas de bosque nativo, afectando severamente la flora y fauna de la región. “Desde el helicóptero, la imagen era impactante. Todo estaba quemado, era un panorama muy triste”.
El incendio se encuentra contenido, lo que significa que no avanza, aunque todavía queda trabajo de guardia de cenizas, tarea que ahora está en manos de los brigadistas de Neuquén.
El origen del incendio y la importancia de la prevención
Raimondi resaltó la importancia de la concientización social para evitar este tipo de catástrofes. “En la mayoría de los casos, los incendios son provocados por el ser humano. Puede ser por un fuego mal apagado, una colilla de cigarrillo o incluso una botella de vidrio que hace efecto lupa. Es fundamental generar conciencia para prevenirlos”, enfatizó.
Una vocación de servicio
Tomas ingresó a los bomberos a los 14 años como cadete y se recibió como bombero a los 18. Con 10 años de experiencia, define su labor con pasión: “Ser bombero es ayudar a la gente, es pensar en el otro, es saber que estás haciendo algo para proteger a alguien que está en riesgo”.
La vocación de servicio sigue presente en Galvez, donde el cuerpo de bomberos realiza capacitaciones y abre inscripciones para nuevos cadetes y aspirantes. Aunque las inscripciones de este año ya cerraron, Raimondi alentó a los jóvenes interesados a acercarse al cuartel y conocer más sobre esta noble profesión.
Agradecimientos y misión cumplida
Antes de cerrar, Tomas Raimondi quiso expresar su gratitud: “Agradezco a mi familia y amigos, que me bancaron en todo momento, y al cuartel de bomberos de Gálvez, porque sin su apoyo no podría haber ido a esta convocatoria”.
Con la satisfacción del deber cumplido, Tomas Raimondi y sus compañeros regresaron a Galvez, pero la lucha contra los incendios forestales no termina. La prevención y la concientización siguen siendo clave para evitar tragedias ambientales como la vivida en el sur del país.






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