La biblioteca popular, Dr. Andrés Egaña, alberga hace 8 años a un grupo de personas que son las encargadas, en su mayoría mujeres de poder restaurar los libros , una colega los bautizó como «hospital de libros»
Desde que surgió esta idea y hasta la fecha se restauraron 800 libros
Julio Mansella, quien nos invita a conocer más, él es de Morteros, provincia de Córdoba y hace 16 años que está en nuestra ciudad y uno de los que lleva adelante este trabajo que realizan junto a un grupo de trabajo que van rotando, son personas adultas mayores en este momento a causa de la pandemia están parados pero ansiosos seguramente de querer retomar.
Julio nos explica un poco como nació esta idea: «Los libros normales están encolados por la parte de atrás, es decir , del lomo y la cola no resiste la manipulación del uso que se le da en una biblioteca, por eso los de una casa duran mas tiempo, pero al final y luego se deterioran .Antes las personas que buscaban libros de la biblioteca, lo llevaban a su casa y si lo veían roto lo arreglaban con cinta transparente que no servía, es ahí que surge la idea y la biblioteca comienza a avisar que quienes se llevaban libros no los arreglasen sino que informaran así eran restaurados por este grupo
Hoy en día existe buena encuadernación pero es imposible, que la biblioteca haga una erogación tan grande, porque son muy costosos de tapas duras, son libros que valen la pena tenerlos pero caros
Nosotros restauramos , encuadernamos y también lo hacemos a particulares y con lo que recaudamos , lo utilizamos para comprar mas cola y más elementos para seguir con esta labor. Tuvimos una ayuda por parte del sector político en algún momento donde pudimos comprar una guillotina enorme qué es del tipo imprenta, que nos ha servido muchísimo, para nuestra actividad.«
Desde nuestro medio FELICITAMOS A JULIO Y ESTAS MUJERES , TODOS ADULTOS MAYORES QUE SUMAN A LA CULTURA Y AL AMOR POR LOS LIBROS, también agradecemos las imágenes que fueron cedidas por nuestros compañeros de Gálvez Hoy
El Día del Libro se conmemora hoy en la Argentina, como cada 15 de junio, una celebración que surgió en 1908 de la mano del Consejo Nacional de Mujeres, que, en esa jornada, entregó los premios de un concurso literario.
Años después, en 1924, el Consejo logró que el presidente Marcelo T. de Alvear instaurara esa fecha como «Fiesta del Libro«, para que ese día se recuerde al libro como registro del pensamiento de la vida de los individuos y las sociedades.
En 1941, por una resolución del Ministerio de Educación, se cambió la denominación de «Fiesta del Libro» por “Día del Libro”, que se mantiene hasta hoy y busca valorizar y reforzar los hábitos de lectura, aunque en la actualidad no tiene la legitimidad de una celebración como ocurre con el Día Mundial del Libro, instaurado por la Unesco, el 23 de abril.
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