En el dinámico mundo empresarial, pocas veces se encuentran historias tan profundamente ligadas a la esencia familiar como la de Etiketten, una compañía que bajo la conducción de Constanza y Martín Calvi, sigue creciendo y consolidando su lugar en el mercado. Manteniendo intactos los valores que sembró su fundador, Germán, su padre, un hombre que dejó una huella imborrable en la industria y sobre todo, en las personas que lo rodearon. Con humildad, compromiso y una clara visión de futuro, transformó Etiketten en una empresa que no solo se enfoca en el éxito comercial, sino también en las personas y la comunidad.
El Legado de Humildad y Visión de Germán en Etiketten
Una de las anécdotas que mejor describe su carácter ocurrió cuando un importante cliente llegó por primera vez a la empresa. Al ser recibido por un hombre sencillo, vestido con su característico gorro de lana y un chaleco polar, el cliente preguntó por el dueño. Sin saberlo, estaba hablando directamente con él. Lejos de las formalidades típicas, nunca buscó ostentar su posición. Este pequeño incidente reflejaba su humildad y su manera de relacionarse con cualquier persona, sin importar el cargo o la importancia.
Esa misma humildad fue uno de los principales valores que dejó en Etiketten, una empresa que hoy cuenta con 50 colaboradores y tecnologías avanzadas en impresión digital y flexográfica. Esto permite que se atienda a una amplia gama de clientes, desde pequeños emprendedores hasta grandes multinacionales.
«Muchas veces le decía al cliente: no te voy a dar lo que pedís, te voy a dar lo que necesitás», recuerdan sus colaboradores. La relación con el cliente no era meramente transaccional. Se trataba de comprender profundamente sus necesidades y acompañarlos en su crecimiento. De esta manera, los clientes se transformaban en amigos de la casa, lo que ha permitido a Etiketten crecer junto a ellos.
Además del enfoque en el servicio, la empresa ha logrado importantes certificaciones, como la ISO 9001:2015, lo que subraya el compromiso de Germán con la profesionalización y la mejora continua. Actualmente, Etiketten está presente en diversos mercados, como el de bebidas, pinturas, alimentos y más. Y, aunque ya ha avanzado mucho, el futuro se proyecta hacia nuevas certificaciones que alineen a la empresa con estándares medioambientales y de responsabilidad social.
El legado no se limita a las estrategias comerciales o certificaciones. También dejó valores profundos, como la gestión responsable de recursos, el respeto por la diversidad y la lealtad hacia los clientes. Un valor destacado fue su apoyo constante a la comunidad. Sin buscar reconocimiento, colaboró con deportistas e instituciones locales, siempre desde el anonimato, impulsado únicamente por el deseo de ayudar.
Después de su partida, el equipo de Etiketten se reunió para reflexionar sobre el futuro de la empresa. La dirección era clara: continuar el camino que Germán trazó, basado en esos valores de humildad, responsabilidad y compromiso con la comunidad. Así, su espíritu sigue presente en cada decisión que toma la empresa.
«Es muy lindo que nos tengan en cuenta porque, bueno, es un poco lo que él sembró y hoy se puede cosechar en el reconocimiento de este», comenta Constanza, quien no solo dirige la empresa, sino que también ha afrontado el gran desafío de continuar con el legado de su padre tras su fallecimiento. Al referirse a su rol como mujer joven al frente de la empresa, Constanza expresa: «Es un gran desafío, pero la realidad es que hacia bastante tiempo que venia acompañando a mi papá muy de cerca en el manejo de Etiketten». Este aprendizaje previo, asegura, fue clave para afrontar el cambio con tranquilidad y confianza en el equipo.
Uno de los primeros retos que enfrentó fue brindar seguridad a los trabajadores, quienes perdieron a su referente. «El primer día de trabajo, 4 de la mañana, estábamos ahí con el primer grupo, transmitiendo tranquilidad, diciendo que todo continuaba con normalidad», recuerda con claridad. La empresa, afirma, quedó bien posicionada y con un gran proyecto por delante, algo que permitió mantener la calma y seguir adelante.
La formación de Constanza en el área de salud también ha sido de gran utilidad en su labor diaria. «Creo que una de las cosas más importantes que me dió la terapia ocupacional es poder ver a las personas como un todo, saber que hay proyectos, sentimientos, roles, más allá de un trabajador». Esto se refleja en el ambiente laboral que busca cultivar, donde cada empleado se siente cómodo, valorado y motivado a dar lo mejor de sí.
En cuanto al futuro de Etiketten, la visión es clara: Constanza y Martín están decididos a profesionalizar la empresa y avanzar hacia la culminación de un ambicioso proyecto: la construcción de una nueva planta. «Eso nos va a permitir despegar», señala con entusiasmo. Además, el enfoque en el desarrollo tecnológico y de nuevos productos es clave para continuar ofreciendo soluciones innovadoras a sus clientes.
Uno de los mayores desafíos, sin embargo, no está solo en la expansión de la empresa, sino en preservar su esencia. «El gran desafío que tenemos hoy con mi hermano tiene que ver con que los valores, la esencia de Etiketten, no cambien. Creemos que somos guardianes de todo eso», concluye.
Con la compra de maquinaria en China y un crecimiento en infraestructura, el futuro se ve prometedor para la empresa. Pero lo que realmente destaca en esta historia es el profundo compromiso de Constanza y Martín con la visión de su padre y el esfuerzo constante por mantener el legado intacto mientras miran hacia el futuro con optimismo y determinación.
El legado de Germán en Etiketten no solo está quedó marcado por su capacidad de liderazgo, sino por su compromiso con las personas, tanto dentro como fuera de la empresa. Su historia, que combina humildad con visión, continúa inspirando a quienes forman parte de Etiketten y garantiza que, bajo esos mismos principios, la empresa seguirá creciendo y contribuyendo a la comunidad.
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